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martes, 7 de febrero de 2017

Tlahuicole

Nació en 1497, se distinguió por su valor durante las guerras floridas (Xochiyaoyotl en náhuatl).2 Era de origen otomí, nacido en uno de los pueblos del norte de Tlaxcala. Su nombre significa "El de la divisa de barro", pues siempre cargaba un asa de barro cocido. Descendiente de una distinguida familia, cuando la Confederación de Tlaxcala estaba en su momento de mayor importancia.3
Por ser de familia noble estudió en el Calmécac, lugar al que asistían los jóvenes nobles a prepararse para ser militares, jefes civiles o sacerdotes. Participó en muchas batallas de la guerra florida contra los mexicas y llamó la atención por su valor y gran fuerza. En una de estas guerras murió un hijo del gobernante Moctezuma Xocoyotzin, lo que originó que éste enviara un poderoso ejército contra Tlaxcala; en ese combate realizado en 1504, triunfaron los tlaxcaltecas.4
En uno de tantos combates fue hecho prisionero. Moctezuma, impresionado por su valor, le devolvió la libertad, pero Tlahuicole no la aceptó. Entonces lo hizo jefe de uno de los ejércitos que trataron de invadir el territorio del pueblo Purepecha que se localizaba en el actual estado de Michoacán. Esta acción no tuvo éxito, pero consiguieron riquezas para Moctezuma. A su regreso le ofrecieron nuevamente su libertad a Tlahuicole para regresar a su tierra o se quedara como general de uno de los ejércitos mexicas. Tlahuicole ganó fama de atrevido, valiente y temido guerrero, en su calidad de capitán provisional de los mexicas. El valiente guerrero pidió morir en combate ya que no quiso quedarse como capitán mexica por no traicionar a Tlaxcala, y no quiso regresar a su tierra natal porque eso significaba una falta de honor, pues según la costumbre si un hombre caía preso en la guerra, tenía que vencer o morir. Y así, Tlahuicole le dijo a Moctezuma que prefería la muerte. Quería morir pero no como los demás, sino como lo que era: un valiente. Viendo Moctezuma el deseo de Tlahuicole, le preparó grandes fiestas, bailes y banquetes en preparación de su muerte. Fue llevado a la rueda del sacrificio gladiatorio, atado de la cintura a una piedra circular, se le proporcionó un macuahuitl (del nahuatl: espada) y un chimalli (del nahuatl: escudo) para que se defendiera. Mató a ocho guerreros, hirió a otros veinte y por fin lo vencieron. Posteriormente fue sacrificado ante Huitzilopochtli, dios de los mexicas

leyenda maya- La ceiba

ste último espíritu misterioso siempre habita bajo los árboles de ceiba. La ceiba es un árbol que no solo se menciona en esta leyenda, sino en casi todos los relatos de la civilización en cuestión, por mencionar una, sería la de “La princesa y el Maquech” que relata un juramento de amor que se hace bajo un árbol de ceiba entre Cuzán, una princesa que ha aceptado el mandato de su padre de casarse con el príncipe Ek Chapat, y Chalpol, un joven de pelo rojo.
El padre de Cuzán decide matar a Chalpol, pero la princesa promete que dejará de verlo a cambio de que le perdonen la vida a su amante. Un día un hechicero le entrega un maquech o escarabajo a la princesa y le confiesa que su padre le perdonó la vida a Chapol, pero decidió convertirlo en insecto. Cuzán lo lleva siempre como la joya más preciada, siempre cerca de su corazón, cumpliendo así la promesa de amor que les hicieron a los dioses. Los secretos de la cultura maya no son algo inextensible. Cualquier persona puede tener acceso al pensamiento, la cultura y la tradición de esta ancestral civilización. Todo está dentro de esas maravillosas historias que no deben ser olvidadas.

leyenda maya- El chom

Cuenta la leyenda que el rey de Uxmal, organizó un gran festejo en su palacio para honrar al Señor de la Vida, Hunab ku.
El rey de Uxmal se vistió con su traje de mayor lujo y se cubrió con finas joyas; luego, se asomó a la terraza de su palacio y desde allí contempló con satisfacción su ciudad, que se veía más bella que nunca. El rey de Uxmal ordenó a sus sirvientes que llevaran mesas hasta la terraza y las adornaran con flores y palmas.
Cuando todo quedó acomodado, los sirvientes dejaron sola la comida y entraron al palacio para llamar a los invitados.
No se dieron cuenta de que sobre la terraza del palacio volaban unos zopilotes, o chom, como se les llama en lengua maya. En ese entonces, estos pájaros tenían plumaje de colores y elegantes rizos en la cabeza. Al ver que la comida se quedó sola, los chom volaron hasta la terraza y se la comieron toda.
En ese momento, el rey de Uxmal salió a la terraza junto con sus invitados. El monarca se puso pálido al ver a los pájaros saborearse el banquete.
— ¡Esto no se puede quedar así! —Gritó el rey de Uxmal— Los chom deben ser castigados.
Entonces, uno de los sacerdotes tomó las plumas caídas de los chom y las puso en un brasero para quemarlas hasta que las plumas se volvieron negras. Después, las molió e hizo un caldo negro y espeso. Una vez que estuvo listo, los sacerdotes salieron del templo. Uno de ellos buscó a los sirvientes y les dijo:
—Lleven comida a la terraza del palacio, la necesitamos para atraer a los zopilotes.
Pronto hubo una mesa llena de platillos y muchos chom que volaban alrededor de ella, no lo pensaron dos veces y bajaron a la terraza para disfrutar de otro banquete. Pero esta vez los sacerdotes se escondieron en la terraza; apenas habían puesto las patas sobre la mesa, cuando lanzaron el caldo negro sobre los chom, mientras repetían unas palabras extrañas. Uno de ellos alzó la voz y dijo:
— No lograrán huir del castigo que merecen por ofender al rey de Uxmal.
A partir de hoy estarán condenados a comer basura y animales muertos. Al oír esas palabras y sentir sus plumas mojadas, los chom quisieron escapar volando muy alto. Bajaron de uno en uno a la tierra; pero al verse, su sorpresa fue muy grande. Sus plumas ya no eran de colores, sino negras y resecas. Además, su cabeza quedó pelona. Desde entonces, los chom vuelan lo más alto que pueden, para que los demás no los vean. Sólo bajan cuando tienen hambre a buscar su alimento entre la basura.

leyenda maya - Dziú y el maíz

Leyenda maya que engloba la mayoría de los temas que se abordan en los relatos mayas, en ella se aprecian conflictos de la vida cotidiana y la interacción entre elementos naturales y deidades.
La historia relata como Yuum Chaac, dios de la lluvia, se da cuenta de que los campos del Mayab han perdido su fertilidad, por lo que decide incendiarlos para regenerarlos a partir de las cenizas; llama a todos los pájaros del Mayab y les da la tarea de salvar las semillas de cada una de las plantas para poder sembrarlas y tener mejores cosechas.
Dziú o Tordo Molothrus un pájaro con plumas de colores y ojos cafés fue el primero en llegar, seguido de Toh, un pájaro de color negro y larga cola. Dziú pensaba en recoger la semilla del maíz pues era una de las más importantes para la vida, Toh en cambio quería recoger la misma semilla para ser visto y envidiado por los demás.
Cuando Yuum Chaac dio la orden de salida, Toh emprendió veloz camino empujando a Dziú, cosa que a este último no le importó y siguió su camino con calma.
Confiado Toh, en la gran ventaja que le tenía a los demás decidió descansar un poco, quedándose dormido casi al instante. Para cuando Toh despertó se dio cuenta de que los otros pájaros ya lo habían alcanzado, por lo que velozmente se dirigió a los maizales, donde Dziú estaba por llegar.
Sin embargo, el fuego había avanzado demasiado y consumía rápidamente los maizales, así que Toh invadido por el miedo decidió recoger una semilla de tomate que no representaba tanto riesgo. Dziú en cambio firme en su propósito ingresó a los maizales sin importarle que el fuego quemara sus alas y salvó una semilla de maíz.
Los ojos de Dziú ahora eran rojos y su plumaje gris, pues se había acercado demasiado al fuego.
Yuum Chaac y los pájaros decidieron reconocer la valentía de Dziú, así que acordaron que a partir de ese día podría poner sus huevos en cualquier nido y los pájaros los cuidarían como si fueran de ellos. Y desde entonces el Dziú no se preocupa por construir sus nidos ni cuidar a sus crías.

México-Tenochtitlan


fue la capital del Imperio mexica. La fundación de la ciudad fue un acontecimiento cuya historia se mezcla con la leyenda. La mayoría de las fuentes citan su fecha de fundación en 1325, de acuerdo con la información registrada en varios documentos. La leyenda de la fundación cuenta que México-Tenochtitlan fue poblada por un grupo de tribus nahuas migrantes desde Aztlán, lugar cuya ubicación precisa se desconoce. Tras merodear por las inmediaciones del lago de Texcoco, los futuros mexicas se asentaron en diversos puntos de la cuenca de México que estaban sujetos al señorío de Azcapotzalco. La migración concluyó cuando fundaron su ciudad en un islote cercano a la ribera occidental del lago. Las excavaciones arqueológicas apuntan a que el islote de México estuvo habitado desde antes del siglo XIV y que la fundación de Tenochtitlán pudo ser posterior a la de México-Tlatelolco, su "gemela" del norte. México-Tenochtitlan se convirtió en un altépetl independiente tras el establecimiento de una alianza con Texcoco y Tlacopan que derrotó a Azcapotzalco.
La capital de los mexicas se convirtió en una de las mayores ciudades de su época en todo el mundo y fue la cabeza de un poderoso Estado que dominó una gran parte de Mesoamérica. El florecimiento de la ciudad se realizó a costa del tributo pagado por los pueblos sometidos a su poder. Por ello, cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, numerosas naciones indígenas se aliaron con ellos con el objetivo de poner fin a la dominación tenochca. Cuauhtémoc —último tlatoani de México-Tenochtitlan— encabezó la resistencia de la ciudad, que cayó el 13 de agosto de 1521 a manos de los españoles y sus aliados indígenas, todos bajo el mando de Hernán Cortés.
Después de la Conquista de México Tenochtitlán, algunos frailes tuvieron interés en conocer la historia antigua de la ciudad. Gracias a esta curiosidad se dispone de documentos que permiten acercarse a los relatos de los indígenas. Algunos de estos documentos, más tardíos, fueron elaborados directamente por los descendientes de la nobleza indígena. Todas estas fuentes indican que los mexicas eran originarios de Aztlán, sitio sobre el que se debate su ubicación precisa y su existencia real. De acuerdo con la Crónica Mexicáyotl, en Aztlán los futuros mexicas eran esclavos de los aztecas y llevaban este nombre. Cuando Huitzilopochtli manifestó a su pueblo el imperativo de que marcharan hacia nuevas tierras, también les ordenó que dejaran de llamarse aztecas porque a partir de ese momento serían todos mexicas.8 Este episodio también es recreado por el Códice Aubin9 y el Códice Durán.10 La Tira de la Peregrinación señala que Aztlán estaba ubicado en una isla donde había seis calpulli y un gran templo, probablemente dedicado a Mixcóatl.11 En la Tira, Huitzilopochtli sólo aparece después que los aztecas llegaron a Teoculhuacan en el año 1-pedernal. De ahí partieron ocho calpulli encabezados por cuatro teomamaque ("cargadores de los dioses"); uno de ellos, identificado como Tezcacóatl, cargaba el bulto de Huitzilopochtl.

Evidencia arqueológica

La mayor parte de las fuentes históricas señalan que la fundación de México-Tenochtitlan ocurrió en el año 1325. Esta fecha corresponde a la que declararon los propios indígenas en los años siguientes a la Caída de Tenochtitlán. Los estudios arqueoastronómicos indican que en ese año también ocurrió un eclipse lunar, suceso astronómico que pudo ser tomado por los mexicas como un marcador mítico que pudiera legitimar la supuesta relación entre los toltecas y los tenochcas.18 Las exploraciones arqueológicas que se han llevado a cabo en el antiguo recinto del Templo Mayor tenochca, cuyo descubrimiento fue en 1978 y las primeras exploraciones fueron hechas por el arqueólogo Manuel Gamio, han permitido recuperar piezas de cerámica anteriores al siglo XIII, lo que demuestra que el islote de México estuvo ocupado antes de la fecha indicada para la fundación de Tenochtitlán. En entredicho está también la primacía de México-Tenochtitlan sobre México-Tlatelolco. Las fuentes indican que la ciudad gemela de Tenochtitlán fue fundada 13 años más tarde, es decir, en 1337. Sin embargo, en el año 2007 se descubrió en la zona arqueológica de Tlatelolco una estructura que pudo ser erigida entre los siglos XI y XII. Esto podría indicar que la fundación de México-Tlatelolco fue anterior a la de México-Tenochtitlan.